sábado, 29 de enero de 2011

¡Dime que me quieres!



Cuando te pregunto
¿Me quieres?,
Me contestas escuetamente
¡Ya lo sabes!,
Eso no es bastante
¡Dime que me quieres!.

Hoy te voy a pedir una cosa,
Cuando te pregunte
¿Me quieres?
¡Dime que me quieres!,
Quiero oírlo de tu boca,
Contéstame simplemente
¡Si, te quiero!.

Luego, mirándome a los ojos,
Acerca tus labios a los míos
Y sella esas palabras
Dándome un beso de amor,
Y así, tan fácilmente,
Harás muy feliz a mi corazón.



sábado, 22 de enero de 2011

Te amo tanto



Te amo…,
Como nunca imaginé que se podía amar,
Te amo…,
Como nunca imaginé que podía llegar a amar,
Te amo con todo mi corazón,
Te amo tanto…,
Que el corazón me duele de tanto amor.

Te amo con locura, con ansía, con pasión
Con toda mi alma…,
Ansío tus caricias, tus besos, tus abrazos,
Tu cuerpo, perderme en ti,
Con nuestros cuerpos enlazados desnudos
Como si fuesen uno.

Te amo tanto, que no puedo pensar en la vida sin ti,
Si me faltaras no podría respirar,
Me faltaría el aliento,
Se me partiría el corazón,
La vida sin tu amor sería un infierno
Del que no podría salir
Si tú no estuvieses junto a mí.

Si me dejases algún día por otra mujer
Me moriría de dolor,
No sobreviviría a tu abandono.
Te quiero demasiado para vivir sin ti,
Sin ti la vida no tendría sentido para mí,
Por eso te pido, que no me dejes nunca,
Y si algún día me has de dejar,
Mátame, antes de hacerlo,
Porque si no lo haces tú,
Lo haré yo, al verte partir.



domingo, 16 de enero de 2011

Deliraba



Deliraba, deliraba en mi locura,
Lloraba por tu hermosura,
Te habías ido…,
Te habías ido de mi lado
Me habías abandonado,

Me dejaste solo y triste,
Solo y triste me quedé
Cuando te fuiste…,
Llorando por tú ausencia,
Anhelando tú presencia.

Cuanto más te alejabas
Más fuerte era mi agonía,
Era larga…,
Era fría y dolorosa,
Era la más dura de las cosas.

Deliraba, deliraba en mi locura,
Sabiendo que no volverías,
Te habías ido…,
Te habías ido de mi lado,
Por otro amor…,
Me habías abandonado.

Con él te fuiste feliz,
A mí me dejaste triste,
No volviste la cabeza,
No te importó mi dolor,
Ni mi delirio, ni mi llanto,
Ni que yo te quiera tanto,
Él nunca te va a querer
Como te quiero yo.

Deliraba, deliraba en mi locura,
Sabiendo que no te querrán
Como te quiero…,
Que nunca serás amada
Como te ama mi corazón.
Mi corazón llora
Por la pérdida de tu amor.



miércoles, 12 de enero de 2011

Deseos



En esta segunda entrada del año voy a utilizar una esplendida poesía de Víctor Hugo, esperando que a todos los que la leáis se os cumplan todo lo que se desea en ella en este año que comienza y que os dure toda la vida.

Te deseo primero que ames y que,
Amando, también seas amado.

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
Y que después de olvidar no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
Sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos y que,
Incluso malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles,
Y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas
Enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta para que,
Algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.

Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
Para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil, más no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede nada más,
Esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente te deseo que seas tolerante;
No con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
Sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
Y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
Sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado deprisa,
Y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
Y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
Y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste,
No todo el año sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
Que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
Por encima y a pesar de todo, que existen
Y que te rodean seres oprimidos
Tratados con injusticia, y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
Y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,
Porque de esta manera te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
Por más minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
Para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
Porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo
De ese dinero enfrente de ti y digas: 'Esto es mío',
Sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno de tus afectos muera
Pero que, si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte
Y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena mujer,
Y que, siendo mujer, tengas un buen hombre
Mañana y al día siguiente, y que cuando estéis exhaustos
Y sonrientes, aún sobre amor para empezar de nuevo.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
No tengo nada más que desearte.



lunes, 3 de enero de 2011

La alegría de vivir



La alegría de vivir, es lo mejor que debemos tener, la vida es lo que nosotros queremos que sea, hay que aceptar el día a día, lo que la vida nos da, si queremos, nos puede dar felicidad, aquello que nosotros sembramos en nuestro pasado, nos ayudará y nos enseñará, tenemos la mejor maestra que se puede tener para alcanzar la felicidad, es la vida, ¡que buena maestra es!, todo nos lo puede mostrar, lo bueno y lo malo, pero todo lo debemos aceptar, porque todo su aplicación tendrá.
El pasado, ese pasado remoto, nos puede ayudar a hacer frente a toda adversidad, esto nos debe servir para encontrar el equilibrio emocional, si este pasado malo fue, no debemos llorar, sólo tenemos que recordar, que lo pasado, pasado está, y que para nuestro presente servirá para alcanzar esa felicidad que pretendemos disfrutar, con compañía, claro está, la soledad debemos apartar de nuestro lado porque, si no, la vida, de verdad, feliz no será, la compañía es primordial, a los seres queridos debemos dejar que nos acompañen por este camino, el que la vida nos da.
¿Y el futuro?, ¿qué pasará?, no nos ha de importar, el futuro interfiere en nuestra felicidad, no hay que pensar en las cosas que no sabemos si llegarán, el futuro puede ser un segundo, un minuto, un día, no lo sé, eso nadie lo conoce de él, no se deja ver, ni el mejor futurólogo lo podrá hacer, porque el futuro de color negro es, no se puede alcanzar en esa oscuridad, no se ve lo que será en realidad, entonces, ¿qué hacer?, olvidarlo, el futuro no se puede olvidar, porque aún no ha llegado y no se sabe si pasará, el presente, es el momento que hay que disfrutar, el día a día será…, el que nos dé la felicidad.
La alegría debe ser vivir cada momento como si fuera el último de nuestras vidas, disfrutarlo con valentía, hacer frente día a día a todas las cosas que nos vayan pasando, con la sonrisa que en la boca debemos tener, mirar los problemas como si fueran nubes blancas, traspasarlas cual si fuésemos fantasmas, pero solucionarlos como si fueran regalos que recibimos de unas manos que nos lo dan resueltos, o casi, no podrán éstos terminar con nuestra paz y amor en esta vida, que el cielo nos regala, hasta que lleguemos al final, pero contentos de a él llegar, porque a lo largo de nuestras vidas, hemos sembrado, una gran felicidad, que a la larga, antes o después, su fruto nos dará.
¡Qué alegría!, vivimos pensando en problemas, ¡no por Dios!, pensemos en cosas buenas, que no nos quiten esa felicidad de vivir, nada de esa alegría, no dejemos entrar en nuestras vidas la tristeza fatal, no nos debe amargar, ¡hay que rebasarla!, ¡hay que rechazarla!, debemos quitar de nuestros destinos ese obstáculo que no nos deja disfrutar de nuestros presentes, en el que debemos estar.
¡Al fin, esa alegría que al principio he dicho, se hará realidad!, y nuestra vida estará llena de felicidad, que nos acompañará en nuestro camino, hasta el final, y recogeremos lo que hayamos sembrado, en el otro lado, cuándo nuestras almas vuelen hasta el cielo, y los nuestros nos recuerden, con amor, por esa felicidad que les hemos dado en nuestro caminar.

Recibamos el año que comienza con alegría,
vivamos así el día a día,
que de nuestros labios nunca se borre la sonrisa
para ser todo el año muy felices
y no perderla nunca, ni ante la adversidad,
en la que debemos mantenerla
para pasarla de forma más liviana.
Así pasaremos el año como queremos
y lo rebasaremos con más felicidad.