miércoles, 22 de octubre de 2014

Morir de amor



¿Se puede morir de amor?,
Se puede morir de amor
Si se tiene corazón.

Tener corazón no es solo
Oír sus latidos…,
Hay que tener sentimientos
Muy dentro de él.

Si no sabes lo que es querer,
Si solo conoces el desprecio
Y el desden…,
No puedes morir de amor
Porque tu corazón
No es un verdadero corazón.

Para morir de amor
Hay que saber lo que es querer,
Cuando se quiere de verdad
El corazón se va muriendo
Poco a poco…,
Aunque siga latiendo.

Cuando te vas alejando
Del que es motivo de tu amor,
Se le va abriendo una herida
Que es muy difícil de sanar,
Cuanto más te alejas
Más le va doliendo,
Hasta que muere por ese amor
Al que tu corazón reclama con pasión,
Porque le falta la vida sin él,
Y muere de amor.
Esa es la muerte del corazón
Por el amor de otro ser.



17 comentarios:

  1. Sí, no es ninguna tonteria, es verdad.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Yo tengo escrito una cosilla por ahí:
    Morir de amor,
    es cerrar la ventana al viento,
    poner un velo al sol,
    quitar las estrellas del firmamento;
    es el cielo gris marengo
    contagiando el río con su lamento.

    Morir de amor
    es… morir,
    es morir hasta que al corazón
    no le queda tiempo.

    Pero nadie muere de amor a no ser que se suicide...
    Muy bonita tu poesía con la que nos haces pensar y dar cada uno su opinión.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Copio y pego algo que escribí hace un tiempo

    "Muchas veces escuchamos que alguien murió de tristeza por un amor. Puede que alguien muera de tristeza, o que se deje morir de tristeza, y que se atribuya ese hecho a una pérdida amorosa, esas cosas pueden suceder, pero el amor no es el motivo.

    Si prestamos atención veremos que la mayor parte de los famosos se casan y se separan con notable facilidad y a ninguno el duelo le dura demasiado. Lo mismo le sucede a los atractivos: muchos cambios y poco dolor. ¿Saben por qué es eso?, porque los famosos, los adinerados y los lindos tienen muchas oportunidades, solamente por eso. Lo que perpetúa el dolor es la falta de opciones y no es la pérdida en sí misma. Una pérdida se siente durante un tiempo, más largo o más corto de acuerdo a la personalidad y a las circunstancias de la relación, pero el dolor se convierte en crónico, invalidante, terminal, solamente cuando por cuestiones propias lo perdido no puede ser reemplazado compensado -de alguna manera satisfactoria y no necesariamente con algo igual a lo que se perdió-.

    Yo creo que a las cuestiones de pareja se le atribuyen connotaciones sentimentales muy exageradas, y en mi opinión, hasta la misma existencia de la pareja se explica más por necesidades e instintos, que por aspectos amorosos. Siendo esto así, no es extraño que una ruptura también sea entendida desde una visión excesivamente emocional, y por lo tanto, su aceptación y consecuente superación se verá dificultada por esa percepción extrema.

    Hay un patrón de compartamiento ante las pérdidas que se va repitiendo en todos los ámbitos de la vida y que tiene más que ver con el estado en el que la pérdida nos deja que con la pérdida misma. Ese patrón es aplicado a todo tipo asuntos, incluso a aquellos poco o nada sentimentales; ejemplo, si se pierde el trabajo y no se puede conseguir otro, el empleo perdido se convierte en una obsesión. Se sueña con el antiguo jefe, que pasa a ser el padre –y la madre- de todas nuestras desgracias, se añora el hermoso escritorio –que de hermoso tenía poco-, y las charlas con los amigos de oficina –que de amigos nada tenían-, se deambula como un zombie rememorando las épocas gloriosas en que las que existían los días laborables. Si por el contrario se consigue una ocupación mejor, el antiguo empleo desaparece del foco de atención y pasa a engrosar el rubro encabezado por la palabra “indiferencia”. Igual pasa con los amores. Nos obsesionamos con Marta y nos convencemos que es irreemplazable, en lugar que aceptar que no poder reemplazarla es producto de nuestras “cualidades” y no de las de ella. Sin embargo, si nos analizamos interiormente, deberemos aceptar que si aparece Megan Fox, la buena de Marta pasará a ser sólo un recuerdo simpático en la memoria volátil.

    En pocas palabras, nadie se muere de amor."

    ResponderEliminar
  4. Espero que no pases por ese duro trance. He conocido algunos casos en los que la muerte era achacable al amor, algo que suele ser más frecuente en personas muy mayores, quienes el fallecimiento de uno deja al otro sin ganas de seguir viviendo.
    Es muy hermoso estar enamorados y dejarse llevar por la senda que describe tu poema.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. MI AMIGA, SI A VECES EL AMOR MUERE DENTRO DE NOSOTROS.
    UN ABRAZO

    ResponderEliminar
  6. Cuando el amor se aleja o lo pierdes para siempre, sí que es cierto que uno se cree que va a seguir su mismo camino.
    No dudo de que una parte de nuestro corazón se muera con él, pero la experiencia me dice, que yo aún sigo viva y me toca aprender a vivir de manera diferente y a seguir caminando hasta que llegue a mi destino.
    Cariños y un fuerte abrazo en ese corazón lleno de buen amor y bellos sentimientos.
    kasioles

    ResponderEliminar
  7. Y mira que lo he pedido muchas veces, pero nada.
    Por lo mucho que la he amado y la Amo.
    Nada mas que ver el Título de mi cabecera.

    manolo

    Bonito Poema, me ha gustado y mucho.

    ResponderEliminar
  8. Yo creo que es el amor el que muere cuando no es correspondido. Se pasa mal,se sufre, pero la vida sigue y hay que aprovecharla.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. La verdad es que soy de los que piensan que no se puede morir de amor. Se sufre, eso sí, pero no conozco a nadie que fallezca en el sentido real de la palabra.
    De todas formas tu poema es romántico y destila buen gusto, lo cual a estas alturas no es mucho decir, pues sabemos de tu calidad

    ResponderEliminar
  10. uyy morir de amor quiza en algun momento parece uno morir de amor, y cuando ese momento pasa ah como duele, me encanto leerte, saludos y un abrazo amiga

    ResponderEliminar
  11. y qué dolor dulce es morir por amor!

    ResponderEliminar
  12. Es tal como dices.
    Y además lo dices de forma hermosa.
    Te felicito.

    ResponderEliminar
  13. Sí se puede morir de amor
    y un claro ejemplo fue Bécquer.
    Cuando se enteró que su esposa
    le era infiel y que su tercer hijo no era suyo
    viajó a Toledo en un duro invierno
    sabiendo que eso sería mortal por la
    enfermedad que padecía.

    Te recomiendo que leas su biografía
    es fascinante.

    Un besote.

    ResponderEliminar
  14. Bueno, pues ya Protesté, ... Demófila¡¡¡
    Besos¡¡¡

    ResponderEliminar
  15. Según la época eso de morir de amor parece una novela pero no es así, yo también escribí un día algo sobre morir de amor, y en verdad que se puede, no se entiende pero se puede. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Vengo para agradecer tus letras en mi espacio.
    Mis nietos son ya mayorcitos, el más pequeño tiene seis años, ya van todos al colegio.
    Cariños, buena semana y un fuerte abrazo.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  17. Hola Demofila tienes un blog magnífico y si me lo permites me quedo en el.
    Bonita poesia. Se muere de la tristeza que te deja el ser amado cuando marcha, ¡¡si se puede morir de amor!!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar