EL SILENCIO DE MI PUEBLO, MARBELLA

Marbella, mi pueblo, el pueblo donde nací, ha estado quince años en silencio, sometido a los desmanes de unos cuántos intrusos, abanderados por un ogro maligno, que han hecho de ella lo que han querido, han campado a sus anchas por esta ciudad, maravillosa, pero no se han percatado de su belleza, porque no venían a contemplarla, venían a esquilmarla, a quedarse con sus tesoros, más o menos escondidos, y, sí, se los han llevado, pero no la han podido separar de sus tesoros más valiosos, de su encanto, de su clima, ni del amor que sus hijos llevan escondidos en sus corazones, no los han visto, sólo veían lo material, lo espiritual no cuenta, para ellos esto no tenía valía, lo más valioso no lo veían, venían cegados por sus ideas, sus ideas manipuladoras, han manipulado a mi pueblo, lo han robado, y, mientras, todos en silecio, o casi todos, un silencio sepurcral, silencio que rompió el batido de las palmas de algunos adictos que comieron de sus manos, comieron de sus manos mientras mi pueblo era dañado hasta el corazón, lo vendieron, por sus intereses, sin pensar que Marbella no tiene precio, no se vende, tiene la dignidad intacta, porque sabe que manteniendo esta dignidad, mantiene su nombre, su bello nombre, y se expande por el mundo, como antes, ofreciendo sus maravillas a todos los visitantes, sus maravillas y la bienvenida de todos los marbelleros, que con su carácter acogedor hacen que todos se sientan bien en sus tierras, y las gocen, y acaricien sus píes en la arena de sus playas, y los mojen en la tibia agua de su mar, de su mar-bella.
Mabella estuvo callada 15 años, con un silencio profundo, roto sólo por las palmadas compulsivas de algunos traidores, que vendieron su pueblo por unas migajas, por las migajas que ellos dejaban en el camino, para indicarles cómo tenían que agacharse ante sus personas, todos rendidos a sus píes, a los píes de un ídolo falso, quebradizo, que hoy se convierte en tierra, nadie escapa a nuestro amigo, el angel de la muerte no perdona, para él todos somos iguales, Dios es justo, ese instante, último instante de nuestras vidas, es igual para todos, para los de arriba y los de abajo, en esto somos todos iguales, los tesoros se quedaron en la tierra, en la misma tierra que hoy lo rodea, el tiempo no perdona, y mucho menos lo imperdonable.
Luego, las palmas se acormecieron, un año de transición, como cuándo nos llegó la democrácia, un año de descanso para esas manos cansadas, cansadas de cantar al viento, el viento se las llevó, y el viento las ha vuelto a traer.
Hoy, el pueblo sigue en silencio, en el mismo silencio profundo, hondo como un pozo, sólo se oyen las palmas, de nuevo esas palmas, esas palmas lascivas, esas palmas que aplauden para que otra manos les den las migajas, las mismas mijagas que antes les tiraban por el camino, ahora hay que agacharse, reclinarse ante otro ídolo, de otra manera, pero hay que hacerlo, ya lo dice el refrán "no debes morder la mano que te da de comer", han comido antes y siguen haciéndolo ahora, de esas migajas, se conforman con poco, por muy poco ponen su pueblo en venta, sin saber todavía que este pueblo no tiene precio, para sus hijos, para los hijos que ha visto nacer y que ha salido de sus carnes, estas personas han repudiado a su madre, la han repudiado y la han vendido, antes y ahora, se han dejado convencer, el viento a traido las palmadas de nuevo, y esas manos no se cansan de batirlas, sin darse cuenta de que sus manos no son alas y no pueden volar, ni ver las cosas desde arriba, como las vemos sus hijos, los hijos que la hemos respetado y la queremos con todo nuestro corazón. ¿Quién vende a su propia madre por unas mijagas?. Cuándo las mijagas acaben, cuándo no haya más, el viento se volverá a llevar ese sonido, ese sonido ínfame, y los traidores volverán a sus madrigueras, sin admitir que han vendido a su pueblo, que han vendido a su madre, y que, ahora, sin remedio, son huérfanos.
Marbella, despierta, haz un ruido atronador en ese despertar que acalle el sonido de las palmadas de los traidores, de los que te han vendido, defiende tu dignidad, mántenla intacta, como tú sabes, defiendete de los manipuladores, no dejes que te hagan más daño, ya has sufrido bastante, eres muy hermosa para sufrir tanto, tus hijos, los hijos que te queremos, que no hemos osado traicionarte, te ayudaremos a volver nuevamente a la vida y a la libertad, a esa libertad que no se debe perder, no consientas que te tengan entre rejas, tú tienes fuerza para romperlas y salir al mundo, como siempre has hecho, con tu alegría y tu belleza intactas, tú has conquistado al mundo y el mundo te ha conquistado a tí, con un amor hermoso, luminoso y profundo, que no debes dejar que se rompa por la traición de tus hijos y de tus gobernantes.