Cuando sopla suavemente la brisa,
Tu cara acaricia…,
Como jamás hombre alguno lo hará,
Ella lo hace sin ningún interés,
El hombre quiere
Que se le devuelvas multiplicada por cien.
Las caricias de la brisa
Son suaves…,
Las manos humanas hacerlas igual
No saben, las hacen más bruscas,
Porque no son tan rápidas,
Ni tan livianas, ni tan cálidas.
Cuando la brisa te acaricia
Sientes en tu cuerpo una gran delicia,
Nunca la has sentido igual.
La mano se desliza con menos pericia,
No se mete en sus rincones
Con la misma facilidad,
La mano tiene que buscarlos,
La brisa no…,
Ella los encuentra al instante.
Cuando sopla la brisa
Te acaricia suavemente
Todo el cuerpo…,
Por todos sus rincones
En lugares que una mano
Nunca podrá penetrar,
Porque la brisa es ligera
Como una pluma,
Y la mano no llega
Donde llega ella.
La brisa no tiene manos
Aún así, jamás acariciarán
Como ella…,
Las manos de los humanos.